martes, 22 de diciembre de 2020

Adriano… SIGA… LexNet… (segundo periodo de alarma (octubre-2.020 / mayo-2.021) de la crisis sanitaria del SARS-Cov-2).

Las nuevas tecnologías se imponen en nuestra vida diaria, acuciada por la amenaza de un virus natural que acecha, amenaza y determina la existencia humana. Su uso se convierte en “cultura general” que debe formar parte básica de cualquier trabajo, por cualificado que esté. Esto que es innegable viene sucediendo tiempo ha, también en el ámbito de la Justicia, como todo hacía presagiar. (Circuit, arconte, conuncilbox…)
Las titulaciones relacionadas con la informática, así como los empleos y empresas del sector llevan desde tiempo convertidas en la piedra angular del funcionamiento de nuestro sistema y nueva terminología se impone y clama una regulación básica de normalización o unificación (“dominio”, “servidor”, “plataforma”…), pues se trata de “la era del móvil”, (“terminal”, “Apple” –App-, “android”…). Más a título de ejemplo, vemos y asistimos a como una actividad tan saludable y natural como es salir a respirar la naturaleza y ejercitar el cuerpo se “instrumentaliza” y los montañeros, senderistas y corredores se revisten de todo sistema de relojes con o sin pulsera, dotados de altímetros, GPS, pulsómetros, etc. con los que interactúan para volcar datos nada más llegar a la pantalla de su ordenador “estacionario”, si el “dispositivo”, aparato o “artefacto” que los acompaña no lo interpreta y refleja “ipso facto”. En Justicia se empezó con un hito importante, “ADRIANO” y como el coronavirus ha impuesto la moda de hablar y comunicar sobre temas en los que uno es profano, me atrevo a ello, sin haberlo usado (aunque, seguro que sí, sufrido); diré que trajo, contactar a todos los ordenadores de la Administración para evitar duplicidades y facilitar el manejo de datos e información de manera que el funcionamiento de la máquinas supusiera una agilización del trabajo cotidiano y una mayor comodidad para el ciudadano. Ya entonces se pensó en la película “terminator” dadas las contrariedades que acarreaba, sobretodo si se “cargaba” la red o se iba el suministro eléctrico. Todavía resuenan los ecos de maldiciones y exabruptos. Luego llegó el SIGA para los Abogados y sus Colegios. Dedicación y formación para quienes obligatoriamente no podían escapar de realizar la liquidación de sus casos a través del mismo. Finalmente LexNet, como si todo estuviera predispuesto y previsto pone en conexión los Juzgados con los colaboradores y agentes judiciales, una vez aquéllos ya pueden interrelacionase entre sí, todo a través de la red internet, claro está; (inevitable acordarse en los tiempos de espera del cuento la “Java” que nunca se acaba…). El problema o cuestión que se suscita es que no es mejor Abogado, Juzgado o Juez el que mejor conoce el Derecho y su práctica, sino aquél que resulta favorecido con el don de la compresión y volatilidad “técnica” de todos estos mecanismos interactuantes. Fundamental, tener siempre a mano un entendido en cortafuegos y vacunas, pero sobretodo que nos ayude a solventar problemas.


P.S. - actualización a 23-10-2022: Sobre el acoso de las compañías telefónicas como una especialidad del ciberacoso interesa el siguiente enlace




En cuanto a Jurisprudencia del T.S. por fallos en el sistema LexNet: